Quizás
fueron tus ojos
sedientos
de deseo
los
que con una simple mirada
acercaron
a mi el recuerdo
de
algo bello
de
un sueño que viví,
de
una caricia que atravesó la piel
llegando
al corazón.
Quizás
una sonrisa
que
calló profunda
a
la espera de un guiño furtivo y prohibido
que
arrancara un silencioso suspiro
buscando
en ella una sensación,
un
momento donde olvidar las penas,
acercarte a los sueños
y
que por un leve instante
te
hicieran olvidar
que
la vida es a veces
un
cumulo de lamentos
de
instantes de infelicidad
cruzados
con la empatía de una alucinación.
Porque
ver caer una estrella
te
hace sentir que en un momento
puedes
ver el firmamento
cargado
de ellas.
Y
que la vida es…
lo
que uno quiere que sea.
Una
mirada, una sonrisa
o
una fantasía cargada de ilusión.