Me pediste ayuda
con tu mirada
lánguida
y yo…
no supe verla,
me clavaste una flecha certera
con tu alma necesitada
en el centro de mi corazón,
La tristeza
se alojó en éste
como un pájaro en su nido.
Tendría que
haberte ayudado,
pero mi desconfianza
hizo que te
dijera que no,
tan solo hubiera bastado muy poco
para que mi consciencia
hubiese
quedado tranquila.
Cuando dos corazones se cruzan
y uno pide auxilio
sientes un desgarro de dolor
si no haces nada.
Mis suspiros
queman mi alma,
la flor de la esperanza se marchita
y la oscuridad se adueña
de lo bueno que tiene el ser humano.
Te ruego… me perdones!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario