domingo, 27 de febrero de 2011

ANTE TODO



Ante la paz me inclino
ante la belleza,
ante la bondad,
como una lágrima que cae
agarrándose a la pupila,
escurriéndose por la piel
de un sentimiento.
Como la verde hierba
que agazapada se alza con timidez
buscando el sol,
pero agarrada con fuerza a la tierra,
alimentando sus ganas de crecer.
Ante esas almas que lloran
frente a la maldad humana
y ante la oscura sombra
de la agonía cicatrizante de la tristeza,
de un suspiro que asoma
con timidez y escondido en la caricia
de un corazón puro,
que te arrulla en la verdad,
en el amor y en la agonía.
Me inclino ante ti,
por tan bella dulzura
en el fin de lo eterno,
en el clamor de un ser indefenso
que lucha por la vida,
en la verdad de lo amado
y alzando los brazos grito
por la libertad, por la vida,
por el llanto.

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