Tuve en mis manos
los sueños
que me hacían ver la vida
como una historia feliz
que plena de ensueños
me hablaban de la ilusión.
Tuve en mis manos
la inspiración
que daba luz a los días
que iluminados de serenidad
me llevaban a la alegría.
Y nunca supe ver
cuando me mirabas
con ojos de angustia
porque mi egoísmo atravesaba
entre tu y yo
la fina línea del hastío
y la desesperada llamada
a la vuelta del ánimo.
Siempre que la ignorancia
con su rancia presencia
nos asiste
nos hace perdernos en el sendero
y hace que se rompa
en el corazón,
la esencia de lo que antes
fue el motivo
de cariño y de esperanza.
En silencio padezco
ante el mar de las dudas
junto a mis pensamientos
que me encadenan a la nostalgia,
en la amargura de verte
en mis sueños,
de acariciar tu suave piel
y dejar que mis labios
te susurren al oído
mil palabras de amor
y me atormento en la penumbra
llamado a perderme
sumido en un estado
que por menos hace
que mis lágrimas huyan
en una carrera hacia el recuerdo
bebiendo de la añoranza
y el desespero
ante lo lejos que estoy
de aquellos momentos,
y que la distancia me acerca
haciendo que sus ojos
me miran fijos
en la oscura luz de mi soledad.
Es el sueño
la insatisfacción del loco
que entre alucinación y alucinación
la vida le pasa
atravesando una fantasía
que mora
en lo mas profundo
de su viaje
y entre su desaliñado hálito
está la sombra de su destrucción
apagada y llamada al desaliento.
Tras las noches que callan
besando la desesperación
los suspiros le hacen ver
la posibilidad
que entre sus pensamientos
claree la duda
de volverse cuerdo.
La vida nos da…
pero también nos quita,
cuando entre sueños
te veo
con tu cabeza en mi pecho
y con aquella certeza
de saber que tu corazón
contiene el sentimiento
que alberga el semblante
de una lagrima
cuando acaricia con su preciado liquido
la piel del alma
y que tus labios suspiran
cada vez que nuestras manos
se entrelazan en el vacio
que un beso provoca
en nuestra imaginación.
Porque entre tu mirada y la mía
solo la angustia nos separa…
la angustia y el desconsuelo
de saber que tu misma te esfumaste
como el rocío de la mañana
cuando asoma el sol y avanza el día
así apareciste y te fuiste,
así quedaron mudas nuestras ilusiones
cuando te perdiste en la noche.
