de aquellos que ya no están,
que nos dejaron,
pero que dejaron huella en el recuerdo,
de aquellas grandes personas
que con sus defectos y sus virtudes
supieron llevar dignamente
la carga de la vida.
Con sus sueños,
sus luchas internas,
sus anhelos y sus miedos,
pero con una meta en sus vidas… la felicidad.
Y ahora ya no estáis
entre
nosotros queridos seres,
el éter de la vida se esfumo,
pasásteis a ser parte de los sueños,
de aquellos mundos
que solo visitamos
en momentos especiales
y allí donde estéis
seguramente estaréis felices,
estaréis sonrientes,
cargados de vida y quien sabe…
si de sueños también.
Algún día volveremos a vernos,
y a recordar aquellos momentos vividos,
agarraré la barca sin retorno
y navegaré solo,
atravesando tempestades
hasta llegar a buen puerto.
Y nos veremos otra vez
y os estaré agradecidos
por la huella
que grabasteis en mí,
sea grande o pequeña,
pero al final de todo…huella.
El tiempo pasa rápido,
es un suspiro que nos parece grande
entre la inspiración y la expiración
de una vida que nace y se va
en el sueño de la existencia.