La vanidad no sabe de lealtad,
ni de la paciencia
que han tenido que tener
algunas personas para hacer del
aprendizaje
algo fructífero con el vanidoso,
solo de egoísmo, de valores bajos
que engordan el ego,
vacíos y carentes de lo mas fundamental
en un ser humano integro
y lleno de principios.
La vanidad lucha encarnizadamente
con la humildad
y a todo aquel que ésta vence
pierde en su ser
la posibilidad de avanzar
en el camino hacia la evolución
mucho mas apreciado y admirado,
mas que por todo lo material
que la vanidad le pueda dar.
La vanidad
es simplemente un estado
que provoca una agonía en el ser
abocada a la soledad, a la desidia
y
una separación del ser humano
con
el espíritu,
por un fin mundano
capaz de arrancar
los mas bajos instintos
y por lo tanto la repugnancia mas grande
hacia el que la enarbola esta por
bandera.