Y pregunté al mar…
ese rumbo es el presente,
tu orilla es la ilusión,
quizás tu sabes viejo amigo…
si en tu agua
sentiré las notas de una música celestial
que llenen con suspiros
los momentos olvidados?
aquellos momentos
que trascendían como tus olas,
los sueños unos tras otros.
Acaso quizás ahogaré
en tu vaivén el vacío
y mecido por tu mano
dormiré como un niño
esperando el despertar?
Si es así…
trágame y no me devuelvas
no quiero volver jamás.
Y EL MAR RESPONDIÓ…
ResponderEliminarAmigo mío,
mis orillas y mi suave contoneo no son más
que la cara más bella de lo que soy
tras la que se esconde
esa parte oscura que forma mi todo, sin la cual perdería mi magia.
Amigo mío,
tras la efervescente y chisporroteante fresca espuma de ilusión,
tras el suave murmullo
que a son de la nana adormece tus sentidos para arrullarte
bajo el manto cubierto de estrellas y el reflejo de luna,
se encuentra el peligro
de mis aguas bravías
cual huracanes.
no te fíes de mis aguas mansas,
pero ven,
ven a hacer castillitos de arena entre mis brazos
y déjate acunar al son de mis encantos.
ven,
ven a buscar conchitas y caracolas junto a mi hogar
y te regalaré reflejos de alegría y de color coral.
Y cuéntame
cuéntame tus secretos entre mis rocas
y yo te llevaré, si no tienes miedo, a mis bellas costas,
más cuidate de mis aguas mansas,
ven
y adentrate en mi océano
y te ahogarás borrando así todos tus recuerdos
y te emborracharás de recuerdos nuevos.
Pero sí que te pido, por favor,
Cuando seas feliz
Acuerdate de mí y cuéntamelo,
Porque cuando uno es feliz,
casi nunca ya habla con el viejo mar.
Y yo sigo aquí, tan cerca… tan cerca…