domingo, 20 de septiembre de 2009

DONDE HAY GUERRA...


Cuanta ignorancia se rebela
ante nuestros ojos,
cuanto dolor emana de nuestras lágrimas
que resbalan marcando un camino de sangre.
Que inútil es la violencia,
que horrible es la maldad,
donde hay guerra..
no puede haber flores
ni árboles, ni amor,
todo se cubre con un negro manto,
la ternura se rompe
creando una llaga en su entraña.
Donde hay guerra...
está el sufrimiento de una madre
que incinera su felicidad con los recuerdos,
que borra su alegría
con la agonía del llanto,
que apaga su corazón
con la tristeza de la muerte.
No sabemos de sobra
¿como se llama el silencio
que hace callar las sonrisas?
¿es que no lo sabemos?
¿No sabemos cual es la llama
donde se quema y ahoga la esperanza?
Sin embargo...
caemos, caemos y caemos
mil veces, mil momentos,
mil repeticiones que nos hacen
cada vez caer más en la ignorancia,
como si no supiéramos nunca
lo ya vivido en el pasado.
No quiero agarrar mi corazón,
poner en él unas cadenas
y golpearle hasta que sangre.
No quiero no,
sino besar el amor,
abrazar la ternura,
acariciar la bondad
y así vivir y al final morir,
con una sonrisa
en los labios, en el corazón.
Que no haga más que susurrarle
al oído del odio
que hay una palabra,
una expresión
que llena verdaderamente la vida
y esa es el amor.

2 comentarios:

  1. El deseo de dominar el mundo es la causa de guerras injustificables. La verdadera esencia del ser humano, se ha ido deteriorando. Las guerras dejan, hambre, sed, falta de medicamentos y problemas de escasez de recursos y sacrifican víctimas inocentes. Si disminuyera la riqueza, habria más igualdad y el mundo lograria vivir en armonía. Muy bellas tus palabras. Un abrazo

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  2. Precioso poema. Y estoy totalmente de acuerdo con Luciérnaga, el deseo de dominio de unos seres humanos sobre otros es la causa de las guerras.

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