domingo, 20 de septiembre de 2009

EN LA SUTIL Y TENUE MIRADA


En la sutil y tenue mirada
que tus grandes ojos me profesan,
se ve la pobre y lánguida sonrisa
extenuada ya por el tiempo,
somnolienta por la profusa respiración
que deja en mis labios pegado
el aliento de tu consciencia,
y va dejando una huella
un camino que sigue
el sediento y hambriento deseo
en pro de algo que se va apagando
que va muriendo
en los rincones de lo realmente tierno
de ese corazón maltrecho
que palidece de angustia
ante los horribles avatares
de la inocencia y la inseguridad.
Somos sangre que emerge
de los profundos pilares
de la vida y la muerte
de la angustia y la alegría
y como dos gotas de agua bañadas en llanto
nos deslizamos por el triste ocaso
del odio y la pubertad
de una sensación
que se va perdiendo día tras día
y no solo en ti y en mí
sino en el desgarrado
abismo de lo humano.

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