Cuantos recuerdos
caen del árbol de la vida
como hojas en otoño
que en el aire revolotean
meciéndolas el viento.
Cuantos momentos tan felices
que pasan
pero ya no vuelven,
que se van con la tristeza
de una lágrima
paseando su amargura tras la huella
que ella va dejando.
Somos sombras que vienen y se van
que aparecen y desaparecen,
somos realidad y fantasía
y en el abrazo de los recuerdos
unimos un sentimiento
enternecedor, tierno
esperando que lo que tanto
se ha amado
no desaparezca tras la añoranza.
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