NO QUIERO

No quiero... que el dolor
nuble los ojos de la gente,
ni que la tristeza abra la puerta al sufrimiento.
No quiero... que el amor
se pierda en al horizonte de la distancia,
ni que el sentimiento permanezca ciego
ante un acto cruel.
Las sombras del desespero
han de sumirse en el abismo,
y el llanto ha de tornarse en sonrisa.
La alegría ha de resurgir
de entre sus cenizas como el ave fénix,
y hacer que se impregne nuestra alma
haciéndonos sentir el roce del amor y la ternura
con la suficiente nitidez
que brille en nuestros corazones
por todo el camino
que nos proceda en la eternidad.