lunes, 27 de julio de 2009

ACEPTAR


Aceptar que los sueños
son parte de una fantasía
que nos endulza la vida.

Aceptar que sin la agonía
de lo que deseas y no posees,
no se valorarían las cosas
cuando se consiguen.

Y aceptar que sin la resignación
nuestra alma lloraría sumida
en una profunda tristeza.

Nos ayudará a entender
que la gratitud hacia la vida
ha de ser...
locuaz y pertinente,
grandiosa.
Porque igual que te quita,
te dá.
Y en definitiva sigues viviendo.

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